XXXVIII Olimpiada de Ajedrez. Gambito de Dama (D55). Dresde (Alemania), 20-11-2008.
Es frecuente que la mayoría de los aficionados no tengan el nivel técnico suficiente para entender por qué un gran maestro abandona, a pesar de que esas rendiciones tempranas suelen estar muy justificadas casi siempre. He ahí una razón más para que, en los torneos de élite, los jugadores deban acudir a la sala de comentarios o a la de prensa ineludiblemente tras cada partida, y explicar lo sucedido. Hoy y mañana publicaremos dos preciosos ejemplos, ambos firmados por Nigel Short, subcampeón del mundo en 1993: 1 d4, e6 2 Cf3, Cf6 3 c4, d5 4 Cc3, Ae7 5 Ag5, h6 6 A - f6, A - f6 7 e3, 0-0 8 Db3, d - c4 9 D - c4, b6 10 0-0-0, Ab7 11 Ad3, c5! (refleja perfectamente el espíritu de la posición: las blancas tienen un punto de ruptura en g5, pero el plan h4-g4-g5 es lento, sobre todo con el centro abierto; por tanto, las negras aceleran el ataque en el ala de dama y, al mismo tiempo, abren el centro) 12 d - c5, De7 13 Ce4 (tras 13 c - b6, Tc8 14 Db3, a - b6 15 Rb1, Cd7, habría mucha compensación por el peón entregado) 13... Cd7 14 Ac2, Tfc8 15 Cd6, T - c5 16 Dd3, Cf8 (con este caballo como firme defensor del mate en h7, y la mencionada lentitud para romper en g5, las blancas se han quedado sin ataque) 17 C - b7, D - b7 18 Rb1, Tac8 19 Td2, a5 20 De4, Dc7 21 Cd4 (si 21 h4, Tc4 22 Dd3, a4, y sólo las negras hacen daño) 21... a4 22 a3, b5 23 f4, b4! 24 a - b4, Tc4 25 b5 (diagrama) 25... a3!, y Mamediárov se rindió. Aunque a primera vista quizá no lo parezca, tenía motivos de peso. Veamos: 26 b - a3, A - d4 27 e - d4, Da5 28 Dd3, Tc3 29 De2, T - a3, y todo se derrumba.
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