Contador visitas

lunes, 14 de marzo de 2011

CONSIDERACIONES DE LASKER EN LOS FINALES


Cuando se acerca el final de partida, el valor de cada una de las piezas se altera considerablemente. Dado que los objetivos en esta fase son distintos, también deben ser distintas las medidas a adoptar y algunas ideas que pueden ser correctas al principio de la partida tienen que modificarse sensiblemente para adaptarlas al final de la misma. El cambio de valor que experimentan las piezas está en relación directa, por supuesto, con el tipo de posición al que se ha llegado en cada partida particular; pero existen unas reglas generales de valoración que pueden servir de orientación. El valor vendrá determinado:
(a) Por su capacidad de lucha contra el rey enemigo, como pieza atacante.
(b) Por su capacidad de lucha contra los peones pasados.
(c) Por su capacidad de poder ofensivo cuando los obstáculos son escasos (como suele ocurrir en los finales de partida).
Consideremos el rey en primer lugar. Si está colocado justo en frente del rey contrario, domina tres casillas y puede impedir, por tanto, su avance. Puede, por sí solo, detener tres peones pasados ligados que no hayan pasado de la sexta fila y dos si uno de ellos está ya en la séptima. Puede atacar cualquier casilla del tablero para lo cual, si está colocado en el centro del mismo, en e4 por ejemplo, no necesita más de tres movimientos.
Su alcance no está limitado por otros obstáculos más que los límites del tablero. Es, por consiguiente, una magnífica arma si está colocado correctamente en uno de los puntos centrales del tablero y cerca de una posición importante; no puede ser utilizado, sin embargo, como elemento de obstrucción, ni ser expuesto a ningún ataque directo, lo cual disminuye sensiblemente su valor ofensivo frente a las piezas mayores de ataque enemigas.

No hay comentarios: