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viernes, 30 de enero de 2009

Sugerencias entrenamiento III

El stress y el ajedrez (I)



Algunos más, otros menos, experimentamos incomodidad o presiones durante las partidas. El stress siempre nos está acechando. El GM Spraggett, en un exhaustivo y detallado artículo, que ofreceremos en varias entregas debido a su longitud, pasa revista a algo común a todos los ajedrecistas, y nos dará algunas recetas para evitarlo, o, por lo menos, disminuirlo.



Recientemente, hojeando un libro de psicología, vi la siguiente frase: "Vivimos y morimos de acuerdo con nuestra habilidad para tratar con el stress". El ver una sentencia tan simple y con tantas implicaciones me hizo detenerme un momento.

Empecé a pensar si sería lo mismo cambiar el "y" por el "o": "Vivimos o morimos de acuerdo con nuestra habilidad para tratar con el stress". La nueva frase implica un tipo de elección que podemos hacer. Pero pensándolo más, de repente me di cuenta de que puesto que no podemos escapar del stress en nuestra vida cotidiana, no puede haber tal dilema. El stress es una parte natural de la vida. No hay elección en todo este asunto.

Algunos psicólogos consideran que la vida puede ser vista como una larga serie de adaptaciones y maladaptaciones a las situaciones estresantes que nos rodean. Nosotros, como seres humanos, cambiamos según envejecemos. Cada cambio implica alteraciones bioquímicas, físicas o emocionales, y a veces combinaciones de las tres. Lo que éramos hace veinte años es muy diferente de lo que somos ahora, y estos cambios van aumentando según pasa el tiempo. Justo cuando empezamos a acomodarnos a nuestro nuevo ser (adaptación), nos encontramos con que debemos luchar con un mundo que no quiere estarse quieto ni un momento: cambios tecnológicos que cuestionan nuestra identidad y lugar en la sociedad, cambios culturales y políticos que nos obligan a redefinirnos.

Si esto no es suficiente, no olvidemos que la gente que nos rodea también cambia.

He leído en Internet algunas estadísticas sobre el stress en USA: entre el 75 y el 90% de todas las visitas al médico están relacionadas con problemas de stress; el 78% de los trabajadores se quejan de que sus trabajos les causan stress. El coste de este tipo de problemas llega a 150 billones de dólares por año (billones en sentido anglo-americano. 1 billón= mil millones para los hispanohablantes). Está claro que no sólo afecta a algunos: el stress y la condición humana están íntimamente ligados.

La mayor parte del stress es relativamente fácil de manejar, aprendiendo a adaptarnos a él diariamente. Sin embargo, incluso ignorando el efecto acumulativo de muchos tipos de stress pequeños, hay todavía situaciones que se resisten a nuestros intentos de manejarlas.

El stress incontrolado se traduce en problemas fisiológicos y psicológicos. Puesto que cada uno tiene su propia tolerancia a él, el salirse de la zona en que uno se siente cómodo, puede tener repercusiones negativas. El no poder adaptarse a estas situaciones puede producir enfermedad que hace nuestra vida peor y más corta...

Nuestras vidas se definen por la manera en que manejamos el stress. Mientras nosotros, los ajedrecistas, podemos y amamos decir que nuestro pequeño juego está gobernado por mejores leyes que las del mundo en que vivimos, tenemos que admitir que el ajedrez de alta competición no es un santuario ante la realidad del stress. El ajedrez de competición implica stress y presiones muy potentes. Mucha gente no relacionada con el ajedrez puede encontrar esto sorprendente, pero la realidad es que es frecuente, durante una partida, experimentar alguna de las sensaciones siguientes:

sentimiento generalizado de ansiedad

miedo

rabia

nerviosismo en varios grados

sentimiento de hostilidad hacia el adversario

pulso acelerado y presión sanguínea elevada

problemas respiratorios

dolor de cabeza

mariposas en el estómago

excesiva sensibilidad al ruido y distracción

sudoración

pensamientos y sentimientos de agitación

tensión muscular y opresión torácica

mayor necesidad de orinar

un sentimiento creciente de desesperación

pérdida de la autoconfianza

dilatación de las pupilas

incapacidad de concentrarse

pérdida de atención

desorientación

necesidad de escapar

Los jugadores de torneos conocemos estas sensaciones. El stress tiene dos manifestaciones: fisiológicas y psicológicas. Podemos afirmar que el ajedrez de competición es más estresante que otros deportes. Razones: lo prolongadas que pueden llegar a ser las partidas, la preocupación por el reloj, la dudas sobre ideas, planes y movimientos, las amenazas del oponente, los espectadores, etc. Y lo peor es que, al contrario de lo que sucede en otros deportes, el ajedrez no deja una manera de descargar todo ese stress que se va acumulando durante la partida, dado que no hay manifestaciones físicas.

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